La naturaleza es un regalo invaluable que la vida nos ofrece constantemente, ya que través de sus elementos y seres, nos brinda enseñanzas y consuelo, además nos muestra el camino hacia la paz interior.
En un mundo lleno de ruido y expectativas, encontrar un espacio para respirar y conectarnos con la naturaleza puede ser una experiencia transformadora.
El poema “Breathe” de Becky Hemsley, citada por Gary Douglas en el artículo El regalo de la naturaleza, me hizo recordar lo poderoso que puede ser el simple acto de estar en contacto con la tierra.
He decidió escribir esta artículo inspirada en estas palabras, pues estoy completamente de acuerdo con la idea de que la naturaleza es un regalo y una fuente inagotable de inspiración y consuelo.
La naturaleza y la paz interna
Antes de continuar con mis comentarios, les comparto el poema de Becky.
Respirar
“Se sentó en la parte de atrás y dijeron que era tímida.
Ella lideraba desde el frente y odiaban su orgullo.
Le pidieron consejo y luego cuestionaron su guía.
La etiquetaron como ruidosa, luego se sorprendieron por su silencio.
Cuando no compartió ambición, dijeron que era triste,
Así que les contó sus sueños y dijeron que estaba loca.
Le dijeron que escucharían, luego taparon sus oídos,
Y le dieron un abrazo, mientras se reían de sus miedos.
Y ella escuchó todo eso, pensando que debía,
ser la chica que le dijeron que fuera, lo mejor que pudiera.
Pero un día preguntó, qué era lo mejor para ella.
En lugar de tratar de complacer a todos los demás.
Así que caminó hacia el bosque y se paró junto a los árboles.
Escuchó al viento susurrar y bailar con las hojas.
Habló con el sauce, el olmo y el pino,
y les contó lo que le habían dicho una y otra vez.
Les dijo que nunca se sentía suficiente,
ella era o demasiado pequeña
o mucho, mucho más ruidosa o demasiado callada,
demasiado feroz o demasiado débil.
Demasiado sabia o demasiado tonta,
demasiado audaz o demasiado humilde.
Entonces encontró un pequeño espacio rodeado de abetos,
Y se detuvo… y escuchó lo que los árboles le decían.
Y se sentó allí durante horas, sin querer irse,
porque el bosque no dijo nada…solo la dejó respirar”.
¿Te complaces a ti o a los demás?
Además el comentario de Gary en contraste con el poema de Becky Hemsley, sin duda nos llevan a una sola cosa: encontrarse con la naturaleza puede ayudarnos a encontrar paz interior y aceptación interna que muchas veces buscamos en el mundo exterior.
La protagonista del poema se encuentra en una búsqueda constante por complacer a los demás, tratando de encajar en las expectativas y opiniones ajenas.
Se debate entre ser fuerte o ser débil, audaz o tímida, sabia o necia, y todo esto genera una lucha interna que la desgasta.
Me identifico profundamente con la protagonista de este texto, ya que en algún momento de mi vida también me vi atrapada en el ciclo interminable de querer ser lo que los demás esperaban de ella.
Sintió la presión de cumplir con las expectativas de la sociedad; pero al hacerlo, se alejó de su verdadero ser.
La naturaleza se presenta como el refugio perfecto para esta alma atribulada. Los árboles, la brisa, las hojas que susurran en el viento, todos ellos se convierten en compañeros silenciosos que le permiten encontrar la paz interior.
La naturaleza no juzga ni critica; simplemente brinda el espacio para respirar y ser ella misma.
En la quietud del bosque, la protagonista encuentra el coraje para ser ella misma sin miedo a ser juzgada. Las lecciones que la naturaleza le enseña son sencillas; pero poderosas: la aceptación y el amor propio son las fuerzas transformadoras que necesitamos para vivir una vida plena y auténtica.
Ser tú da paz interior
Gracias a la experiencia de conectar con la naturaleza, la protagonista del poema pudo valorarse tal como era, con todas sus imperfecciones y peculiaridades.
Comprendí que no necesitaba ser perfecta o cumplir con las expectativas de los demás para ser feliz y realizarme. Encontré el coraje para ser auténtica y dejar de esconderme detrás de máscaras que no me representaban.
Además este verso nos recuerda que la naturaleza es un lugar de encuentro con nosotros mismos y que a través de ese encuentro podemos encontrar la serenidad que tanto anhelamos.
Al igual que la protagonista, el simple acto de estar en la naturaleza, escuchando la brisa y sintiendo la calma de los árboles, nos permite soltar las cargas que llevamos y abrazar nuestra autenticidad.
Es crucial recordar que todos tenemos el derecho de ser quienes somos y que no hay nada de malo en ello.
La naturaleza nos invita a ser genuinos, a abrazar nuestras peculiaridades y nuestra humanidad completa.
Estoy totalmente de acuerdo con esta reflexión. La naturaleza no discrimina, no pone etiquetas ni expectativas en nosotros.
Nos acepta tal como somos y es en esa aceptación donde podemos encontrar la libertad para ser nosotros mismos y vivir una vida auténtica y plena.
¿Qué te parece? Deja tu opinión en comentario sobre este texto y compártenos, qué te da paz interior.