Ser padre es una de las tareas más importantes y gratificantes en la vida, pero también puede ser desafiante.
¿Quién está preparado para liderar con las emociones de sus pequeños y las propias?
¿Cómo lidiamos con ellas? De la misma forma que nuestros padres lo hicieron con nosotros o buscamos hacer algo diferente; a través de una crianza consciente.
¿Qué es la crianza consciente?
Bien, es cierto que al no contar con recursos para acompañar a nuestros hijos por estas etapas, podríamos estar exagerando en poner demasiadas reglas y castigos.
La crianza consciente es un enfoque de educación que se basa en la conciencia y la atención plena en la relación entre padres e hijos.
Se trata de educar a los hijos desde un lugar de amor y comprensión, en vez de imponer normas y castigos.
Esta forma de educación se enfoca en establecer una relación de confianza y conexión emocional con los hijos, y en ayudarlos a desarrollar su autoestima y su propia identidad.
Esto se logra a través de la escucha activa, el respeto mutuo y la resolución pacífica de conflictos.
Varias investigaciones han demostrado los beneficios y los resultados positivos de la crianza consciente.
Un estudio realizado por la Universidad de Oregon en 2008 encontró que los niños que crecieron con padres que adoptaron un enfoque de crianza consciente tenían más probabilidades de tener una autoestima saludable, una mejor resolución de conflictos y una mayor habilidad para regular sus emociones.
Otro estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh en 2010 encontró que los niños que crecieron con padres conscientes tenían una mayor empatía y habilidades sociales, así como una mayor resiliencia y una mejor capacidad para regular sus emociones y hacer frente a situaciones estresantes.
Además, una revisión de la literatura publicada en la revista “Child Development” en 2011 concluyó que la crianza consciente puede tener un impacto positivo en el desarrollo social y emocional de los niños, así como en la calidad de la relación padres-hijos.
¿Cómo lograr una crianza consciente?
Sin duda, la crianza consciente implica estar presente y conectado emocionalmente con nuestros hijos, sin embargo para lograrlo se requiere trabajar en nosotros mismos y sanar nuestras heridas.
Al hacerlo, podremos entender sin prejuicios a nuestros hijos sin ponerles una etiqueta y tacharlos difíciles, mal educados o insoportables.
Hay muchas terapias que podría ayudarte a resolver tus Asís tos emocionales pendientes y permitirte ser más consciente de ti.
Podrás mejorar tu capacidad para criar a tus hijos de manera consciente y amorosa con estos tipos de terapia:
Barras de Access
Esta práctica podrás trabajar con patrones limitantes y las creencias negativas que te impiden tener relaciones saludables y amorosas.
Una sesión de Barras de Acceso consisten en tocar de manera ligera 32 puntos energéticos que se encuentran en tu cabeza, de esta manera podrás libera las emociones y pensamientos que muchas veces detonan los desbordes emocionales que muchos de los adultos experimentamos con nuestros hijos cuando están muy enojados o no saben cómo expresar sus emociones.
Reiki
Este sistema de sanación energética utiliza la imposición de manos para equilibrar y armonizar el flujo de energía en el cuerpo.
El Reiki ayuda a liberar tensiones y traumas emocionales, lo que nos permite ser más conscientes y conectados con nuestros hijos y con nosotros mismos.
Terapia psicológica
La terapia psicológica es una forma efectiva de trabajar en las heridas emocionales de la niñez y mejorar nuestra capacidad para criar a nuestros hijos de manera consciente. Un terapeuta puede ayudar a identificar y trabajar en patrones limitantes y traumas, lo que permite una mayor conexión emocional y una mejor relación con nuestros hijos.
Anteriormente, los padres buscaban cómo ayudar a que sus hijos cambiarán; pero conforme el conocimiento del desarrollo humano avanza, nos damos cuenta qué hay procesos de crecimiento que nuestros hijos experimentan como parte de su crecimiento y que requiere de un acompañamiento mucho más empático y amoroso.
Para lograrlo, es muy importante hacer una introspección sobre cómo nosotros cómo adultos lidiamos con nuestras propias emociones y problemáticas para entender que el equilibrio emocional de nuestros hijos dependerá de qué tanto nosotros hemos sanado.
Sanar nuestras heridas de la niñez es lo mejor que podemos hacer por nosotros y nuestros hijos y así realmente ayudarlos ser felices, pues aprenderán a ser más conscientes y conectados sus emociones hijos, lo que les dará una mayor resiliencia para su vida adulta.
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