El urbanismo ofrece muchas oportunidades para enfrentar el cambio climático por medio de medidas de mitigación y adaptación, dijo en la Universidad Iberoamericana el doctor Miguel Arzate Pérez, especialista en la investigación de modelos de evaluación aplicados a la arquitectura sustentable.
3Errres / Fuente: Ibero
Así lo comentó en la ponencia “Asumiendo nuevos paradigmas de desarrollo urbano ante el reto del cambio climático”, que formó parte del Ciclo de Conferencias “Retos y oportunidades de la urbanización”, organizado por la Maestría en Proyectos para el Desarrollo Urbano de la Ibero.
En su plática, Arzate mencionó que se deben estipular criterios e indicadores para diseñar metodologías de evaluación y planeación para mitigar o adaptarse al cambio climático por medio del urbanismo.
La mitigación, cuyo objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para aminorar el calentamiento global, se puede lograr con la reducción del uso de vehículos particulares, al contar con una red de transporte masivo y construcciones sustentables, recolectar desechos y eliminarlos correctamente, con el tratamiento de aguas residuales y al disminuir el empleo de contaminantes en los materiales para la construcción, entre otras.
Por otra parte Arzate, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), agregó que la adaptación permitirá acostumbrarnos al aumento de la temperatura y sus efectos, por medio de la modificación de nuestras ciudades.
Por ejemplo, a consecuencia de las inundaciones que cada vez son más frecuentes por las altas precipitaciones sucedidas en diversos países, y si se considera que entre 60 y 70 por ciento de la población mundial vive en zonas costeras que se van a inundar, algunas medidas de adaptación serían:
Elevar el nivel de las plantas bajas de los edificios, construirlos con materiales resistentes al agua, diseñar salidas para desaguar fácilmente los inmuebles inundados, instalar su equipo esencial (como plantas de luz) en sus partes altas, reubicar las edificaciones o a toda la población, y contar con un sistema de transporte elevado.
Las enunciadas son acciones a las que deberá tender el diseño adaptativo de las ciudades, para un futuro a 20, 30, 40 o 50 años, cuando se calcula que habrá modificaciones en los patrones del clima.
Finalmente el doctor dijo que el cambio climático es un problema real que debemos estar pensando y solucionando, y que tiene en el urbanismo una oportunidad de enfrentarlo por medio de los modelos de evaluación, sistemas que valoran qué tan sustentables son los proyectos arquitectónicos y qué posibilidades ofrecen de integrar al ser humano con la arquitectura y el medio ambiente.
Entre los principios básicos de un modelo de evaluación están: reducir el impacto ambiental, identificar áreas en las que se puede ahorrar energía, reducir residuos, prevenir la contaminación, usar eficientemente el agua, manejar de forma adecuada los residuos sólidos, fomentar la integración del ser humano con el medio ambiente, etcétera.
Calentamiento global
En esa misma conferencia el maestro Orlando Iglesias Barrón, ingeniero ecólogo y ex alumno de posgrado de la Ibero Puebla, mencionó que existe un atlas que clasifica a los países por sus emisiones de bióxido de carbono, donde México ocupa el décimo tercer lugar del mundo.
A la quema de combustibles fósiles y los gases de efecto invernadero se les atribuye el que estamos añadiendo una capa extra a la atmósfera, la causante de que la tierra se esté calentando, como demuestran que 11 de los 12 años más cálidos en la Tierra se han registrado en el presente siglo.
En consecuencia, se tiene un aire caliente que retiene más vapor de agua, lo que ocasiona que por cada grado centígrado adicional de temperatura la capacidad de la atmósfera para retener agua aumente 7 por ciento, y que actualmente exista 4% más vapor de agua que hace 30 años, que provoca lluvias más frecuentes e intensas.
A medida que las temperaturas aumentan, el ciclo hidrológico también, lo que significa que las tormentas se intensifican, y por ende se tienen inundaciones, muchas veces ligadas a una mala planeación urbana y a asentamientos irregulares.