Negociando el cambio climático: ¿hacia dónde vamos?
El cambio climático es, sin duda, el mayor desafío que enfrentamos como humanidad. Las afectaciones que han provocado las actividades humanas durante los últimos 50 años –en particular por la quema de combustibles fósiles, lo que libera enormes cantidades de bióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera– han ocasionado que el calor proveniente del sol quede atrapado dentro de la Tierra, lo cual eleva la temperatura y ocasiona graves desequilibrios en el clima y en otros sistemas naturales.
Maestra María Fernanda Sánchez, colaboradora del Programa de Medio Ambiente de la UIA / 3Errres
En consecuencia, desde hace 100 años el planeta se ha “sobrecalentado” aproximadamente 0.75 grados centígrados. Sin embargo, en los últimos 25 años este proceso se ha acelerado y el aumento de la temperatura ahora se cifra en 0.18 grados centígrados por década.
Estas alteraciones han ocasionado un aumento considerable del nivel del mar, el deshielo de los casquetes polares y un desequilibrio en los patrones de lluvia, lo que también ha agravado los fenómenos meteorológicos y aumentado su capacidad destructiva.
Los especialistas advierten que, de aumentar la temperatura global más de 2 grados centígrados en relación con los niveles preindustriales, el panorama podría ser mucho peor. Ello ha motivado a las naciones del mundo a reunirse cada año, en auspicio de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, con el fin de discutir las acciones que deberán llevarse a cabo para enfrentar este reto.
Conferencia de las Partes (COP20)
En este contexto, en diciembre de 2014 se efectuó la vigésima Conferencia de las Partes (COP20) en Lima, Perú, cuyo objetivo fue sentar las bases para un nuevo acuerdo que sustituya el recientemente concluido Protocolo de Kioto, durante la COP21, a realizarse en París a finales de este año. El acuerdo alcanzado para delinear este proceso fue nombrado Llamado de Lima para la Acción Climática COP20.
Es destacable que la última COP se haya efectuado en Perú, uno de los países más afectados por los efectos del cambio climático. De acuerdo con datos de la organización internacional Oxfam (Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre) se calcula que más de 80 por ciento de la producción de alimentos como papa, maíz y arroz es vulnerable a la sequía y en las próximas décadas la productividad agrícola en los Andes podría caer entre 12 y 50 por ciento.
El caso de nuestro país no dista mucho de nuestro hermano latinoamericano. En México ya se reportan casos de sequía extrema en las regiones áridas y semiáridas, así como un aumento en la potencia de fenómenos como huracanes y ciclones en las zonas costeras, causando grandes pérdidas humanas, naturales y económicas. Ante este panorama, la adaptación al cambio climático de países como el nuestro se vuelve fundamental.
Finalmente, los resultados obtenidos durante la cumbre fueron medianamente importantes ya que no alcanzaron a cubrir las expectativas generadas. Si bien se abordó la urgencia de actuar en la mitigación del cambio climático, mediante el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas, no fue posible establecer límites claros para la reducción global de emisiones. Aun así, se establecieron las bases para operar el Fondo Verde para el Clima, y se incluyeron las medidas de adaptación, así como cuestiones de género y cambio climático como parte de la agenda para 2015.
Al respecto, el doctor José Luis Lezama, profesor investigador del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, comentó en su sitio web (http://www.joseluislezama.com): “Las verdaderas decisiones, los verdaderos compromisos, a lo que cada país o grupo de países realmente se comprometerá, el grado de obligatoriedad y de fiscalización y sanciones por el no cumplimiento, es algo que será determinado en 2015”.
Compromisos
Por lo tanto, no será sino hasta la COP21 en París cuando se conocerán los compromisos que asumirán países estratégicos como Estados Unidos, China y los naciones europeas, responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, junto con Canadá y Japón (que previamente anunciaron su salida del Protocolo de Kioto).
En conclusión, la dificultad de alcanzar acuerdos significativos y vinculantes en las negociaciones sobre cambio climático deja ver la falta de voluntad política que aún impera entre los gobiernos. Si bien se reconoce la urgencia de realizar acciones para enfrentar el problema, los resultados de las últimas Conferencias de las Partes sólo han confirmado la red de intereses en juego al momento de asumir compromisos que supongan un verdadero replanteamiento de las actividades económicas, particularmente de los países más industrializados.
La exigencia de las organizaciones no gubernamentales y otros grupos de la sociedad civil es muy clara y demanda respuestas inmediatas. De no actuar a tiempo, la capacidad de nuestra especie para resistir los cambios que se avecinan podría llegar a su fin. Aún estamos a tiempo de comprender que el cambio climático no es un asunto negociable.
[…] públicas y civiles, ha puesto en la escena una plataforma que tiene como objetivo llevar a la COP21 planes de acción de eficiencia energética, informó una artículo publicado en el portal de […]
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